MOTOCYCLER's BBS

En tiempos recientes, Puerto Rico ha experimentado un aumento considerable en el número de motocicletas que circulan por nuestras calles y avenidas. De repente, los conductores de vehículos de cuatro ruedas se ven rodeados por decenas de motoras en las vías de rodaje.

La inestabilidad de la industria petrolera ha motivado a una parte de la población a utilizar motoras en sustitución del carro. Antes de las alzas consecutivas de la gasolina, las motocicletas eran utilizadas mayormente como medio de trabajo.

Hoy día se observa que una gran cantidad de los motociclistas son jóvenes, la mayoría de los cuales combinan la recreación con el transporte. Muchos lo hacen de manera descuidada, desordenada, negligente y hasta temeraria.

Los pequeños vehículos y sus conductores se convierten en objetivos vulnerables por razones lógicas. El aumento en la cantidad de accidentes fatales evidencia que hay ausencia de sensatez y lógica en el manejo de esos aparatos.

Las pérdidas humanas y materiales son lamentables. Al mismo tiempo son costosas para el Estado. El seguro de la ACAA, por ejemplo, ve cada vez más diezmado su capital debido a tantos accidentes desgraciados en las carreteras. Los costosos tratamientos de los sobrevivientes son absorbidos por la agencia, que recibe un pago casi simbólico por asegurar a los ocupantes de cada vehículo de motor registrado en el Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP).

La creación de una ley especial para los propietarios y conductores de motoras, que entró en vigor esta semana, es absolutamente necesaria para salvaguardar vidas y hacienda, tanto de los individuos como del Estado.

Pretender que se extienda una moratoria porque el DTOP no cumplió a tiempo con el protocolo para la efectiva implantación de la Ley 107 no es excusa. El desconocimiento de una ley no exime de su cumplimento. Aquí nadie puede seguir justificando la incompetencia y el incumplimiento del deber, venga de funcionarios o del ciudadano que transita por las carreteras.

En esencia, esa ley protege al conductor responsable y obliga a los temerarios a ponerse en cintura. Los motoristas conduciendo a alta velocidad y haciendo piruetas entre hileras de automóviles, además de poner en vilo al conductor promedio, a menudo son causantes de accidentes en las vías de rodaje.

Ni hablar del ensordecedor ruido que producen esos vehículos. Hay países donde los motociclistas no pueden circular después de cierta hora, para que no interrumpan el sueño a los moradores.

Las empresas de mensajería tendrán que reestructurar sus operaciones, porque aquí nadie puede ser la excepción. Ya son dos las organizaciones de motoristas que reclaman una moratoria para la implantación de la ley. Después podrían ser los sicarios, quienes a punta de pistola reclamen su derecho a violar las disposiciones de ley. Que se dejen de pamplinas y protesten por asuntos de verdadera importancia para el País.

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