Mira tus manos y por lo menos cuenta con ellas las bendiciones que ya has recibido. Te darás cuentas que no te alcanzan los dedos para ello. Son más las bendiciones que los problemas en tu vida. Entonces no cuentes con los dedos y cuéntaselas a los demás.
Familia, que pasen un lindo día.
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El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.